dimarts, 21 de juliol del 2009

ETERNIDAD




A veces nuestra cordura se ve comprometida por agentes externos. otras veces somos nosotros quienes la llevamos contra las cuerdas, en todo caso, sea por la razón que sea, si cruzamos la línea ... ¿Somos conscientes?.


ETERNIDAD

¿Soy yo el loco?.
Quizás lo es toda esa gente.
Locura y sabiduría o quizás sabiduría y locura.
Enfermedad mental o llanto eterno,
quizás solo miedo a la realidad,
quizás solo miedo a la oscuridad,
Locura irreversible o lucidez eterna,
quizás solo miedo a la noche sin final,
quizás solo miedo a la vida eterna.
Camisa de fuerza que encierra a mi mente en una bóveda de cristal.
¿Soy yo el loco?
Mi risa no me deja respirar.
Quizás lo es toda esa gente.
Locura y sabiduría.
Quizás simplemente irrealidad.

dilluns, 13 de juliol del 2009

EL ENTIERRO



- ¿Qué?, ¿Cómo ha ido el entierro?
- Bién, ya sabes, más o menos como siempre: se ha llorado, hemos recordado histórias vividas con Enrique, anécdotas, los típicos silencios incómodos producidos por la nostalgia y la pena... Incluso hemos reido un poco para hacer más llevadero el momento. En fin, ya ves, más o menos lo mismo de siempre en estos casos.
- No!, no!, eso ya lo supongo. Lo que quiero saber són los detalles escabrosos. ¿ Enrique se ha dejado enterrar o ha luchado como los otros condenados?.
- Hombre, ha luchado, pero la Ley es la Ley. Ya se sabe, al llegar a los 50 te han de enterrar.
- Sí, de acuerdo, la Ley es la Ley, pero…. ¡ coño!, ¡explicamelo!, ¿ha luchado o no?.
- ¡Joder! ¡Vaya número!. A las tres en punto, la hora marcada, nos hemos reunido todos los conocidos del condenado, como siempre, con los perros, los palos… y lo hemos ido a buscar a casa. El tio ha saltado por la ventana y todos hemos tenido miedo, porque claro, el condenado no puede morir. Cuando ha caido, se ha roto una pierna, eso ha facilitado su captura, puesto que no hemos tenido que correr tanto para cogerlo.
El médico forense que suele acompañar a los grupos en estos casos le ha hecho un reconocimiento médico y nos ha aliviado saber que no era grave, puesto que ya sabes que en caso de que el condenado muera antes de ser enterrado, diez de su grupo son fusilados, pero en fin…. nuestra democrácia es así, son las reglas.
La constitución que votamos no se puede cambiar.
Después, entre todos, lo hemos cogido como hemos podido. El tío lloraba, chillaba, pataleaba… Antonio ha dicho: “- ¿Quieres estar quieto, cabrón ?.” y todos hemos reído mientras lo trasladábamos al cementerio. Una vez allí, lo hemos metido en el ataúd, y hemos puesto pesos encima, como siempre y hemos marchado a la capilla mientras la familia se ha quedado a su alrededor hasta que el tío deje de chillar. Lo que te decía, más o menos como siempre.
Por cierto, ¿ Tienes 47 ó 48?.