EL BIEN Y EL MAL
El verdugo hundió por última vez aquellos cables conectados a la corriente en el cuerpo del reo. Los testículos del individuo reventaron con fuerza, el corazón de este no pudo soportarlo más y entre estertores murió bajo la atenta mirada del verdugo.
Al poco, después de una ducha, el verdugo se encaminó hacia su casa. Una sonrisa eclipsaba su rostro mientras pensaba: "otra vez fin de año, otra vez la anhelada reunión familiar." Sus padres y hermanos vivían lejos y sólo en esos días nuestro personaje podía disfrutar de su presencia. Mientras aceleraba el paso pensaba en los suyos y recordaba lo feliz que fue su infancia. Una lágrima de añoranza rosó por su mejilla y es que nuestro amigo siempre fue un tipo con una sensibilidad especial.
diumenge, 20 de febrer del 2011
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Hola compartimos en Abordaje, paso a saludarte y dejar mi huella ,te felicito por tu trabajo
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